jueves, 16 de enero de 2020

Lluvia de ideas


Ésta es una dinámica que ayuda mucho a la hora de obtener conceptos originados por el propio grupo. Consiste en lanzar todo tipo de ideas sobre un tema propuesto que se irán recogiendo en la pizarra o en un papel grande para luego valorarlas, seleccionarlas, comentarlas o realizar cualquier otro trabajo que nos permita sacar información valiosa del propio grupo. 

Cuando ésta dinámica está bien estructurada puede dar mucha más información que un o una
ponente preparadísima dándonos una lección magistral.
La persona que recoge las ideas anotará todas las que surjan. Luego será el propio grupo quién
haga las valoraciones sobre lo acertado o no de la idea. En principio valen todas por acercarse
a la idea o por alejarse de la misma. Lo que vale es el debate y el posicionamiento que genera,
frente a una idea dada. 

Esta dinámica muy conocida tiene un peligro. El peligro es que se fomenta o se propone el relativismo, es decir que todas las opiniones son válidas, todas las opiniones tienen verdad y no existiría el error, la ignorancia. La propuesta es que la dinámica tiene que usarse para mostrar al grupo. Lo caótico que se presenta el tema a tratar. Y la necesidad de investigar científicamente una respuesta verdadera. Porque la verdad existe. Es una técnica en la que un grupo de personas en conjunto crean ideas. Por lo general, suele ser más provechoso a que una persona piense por sí sola. 

Principales usos: 
• Para obtener una conclusión grupal en relación a un problema que involucra a todo el grupo. 
• Para motivar al grupo, tomando en cuenta la participación de todos, bajo reglas determinadas. 
• Es recomendable utilizar esta técnica al iniciar una sesión de trabajo. 

Ventajas: 
• Se integra a otras técnicas como la clase expositiva y grupos de discusión. 

Cómo se aplica: 
1. El profesor-facilitador selecciona un problema o tema, definiéndolo de tal forma que todos lo entiendan. 
2. Solicita a los alumnos que expresen sus ideas por turno, sugiriendo una idea por persona. 
3. Las aportaciones deben anotarse en el pizarrón. 
4. Si existiera alguna dificultad para que el grupo proporcione ideas, el profesor facilitador debe propiciarlas con preguntas claves como: ¿Qué?, ¿Quién?, ¿Dónde?, ¿Cómo?, ¿Cuándo? ¿Por qué? 
5. Una vez que se ha generado un buen número de ideas, éstas deben ser evaluadas una por una. 
6. El docente debe priorizar las mejores ideas. Los alumnos evalúan la importancia de cada aportación de acuerdo a los comentarios del grupo, pero tomando en cuenta el problema definido al inicio de la sesión. 
7. Si la técnica se utiliza para solucionar un problema es indispensable hacer un plan de acción que pueda llevarse a cabo. Si la técnica se utilizó para abordar un tema, es indispensable que el profesor-facilitador conduzca al grupo a obtener conclusiones.


Lluvia de ideas para la comprensión de la importancia de la participación grupal

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