Cada persona es distinta, en pensamientos, ideas, creencias, actitudes y aptitudes, estos rasgos son los que definen la personalidad y nos hacen únicos, para poder conocer a un individuo se necesita tiempo, comprensión y empatía, para poder desarrollar esta última es necesario saber los rasgos que tenemos en común con los demás, para esto existen ejercicios que nos llevan a pensar o actuar bajo presión, dejando ver nuestros actitudes y aptitudes más básicas formando ante los demás percepciones de lo que es nuestra personalidad y creando ciertos lazos con quienes sienten similitudes a nuestra forma de pensar.
Jugando con frases inductoras:
Procedimiento: Este ejercicio consiste en escribir o dibujar lo que se te ocurra a partir de
las siguientes “frases inductoras” (dando un tiempo máximo de 3 minutos para contestar):
• Una armónica que producía espaguetis
• El gato que sabía ladrar en inglés
• La pelota que pesaba 55 toneladas
• Un laberinto con toboganes.
Esta técnica es muy interesante porque al momento que lanzaban o decían la frase tú tenías que dibujar lo primero que se te viniera a la mente.
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