A lo largo de las unidades anteriores, ha quedado de manifiesto que el docente o facilitador,
debe evaluar la necesidad y naturaleza de las dinámicas viables a aplicar, de acuerdo a la
naturaleza del grupo y los objetivos a alcanzar. Pero queda claro, que un factor inminente para lograr los objetivos propuestos, será que se cuente con la atención y motivación del alumno, se entiende por motivación según Nerici (2000) “el deseo o el interés por algo que brota dentro del individuo mismo. Es el impulso que viene desde dentro del individuo o lo impele hacia algo” (p.207). Esta motivación también puede generarse a través del uso de técnicas especiales, cuando se utilizan, se entiende que “se procura suscitar motivos y activar posibilidades internas, en el alumno, de modo que se lo pueda integrar en los trabajos de clases” (Nerici, 2000, p.206)
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